TODOS SOMOS CONSUMIDORES
Todos los días, como consumidores, debemos enfrentar las dificultades y conflictos que traen la adquisición de bienes y servicios. Desde comprar una golosina hasta comprar un auto. Desde viajar en colectivo hasta hacer una operación bancaria. Desde utilizar una tarjeta de crédito hasta utilizar una línea telefónica.
Todos somos consumidores, muchas veces sin darnos cuenta o pensar en ello; y así nos encontramos, cada día, contratando con diversos proveedores de bienes y servicios. Están también quienes, sin perder su carácter de consumidores, son proveedores de otros usuarios y consumidores lo que los compromete a cumplir sus obligaciones como tales.
“Consumidores somos todos” dijo Kennedy, ya en 1962. A partir de allí en forma cada vez más clara ha crecido el reconocimiento de los derechos de los consumidores, en todo el mundo y en la Argentina también.
DERECHO HUMANO
Los Derechos del Consumidor integran los Derechos Humanos y están protegidos en el art. 42 de la Constitución Nacional, que estableció que los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y dignos. Ello está reforzado por leyes nacionales, provinciales y municipales, las que fueron armando un sistema para que en la práctica esa defensa sea efectiva y a disposición de quien la necesite.
Para que esa defensa se concrete, exige un compromiso cada vez mayor de consumidores, de abogados, de jueces y de los organismos públicos de defensa de usuarios y consumidores. Es así que, corresponde a los consumidores defraudados utilizar todos los mecanismos legales a su disposición, a nosotros los abogados y a los jueces trabajar para garantizar que los derechos se respeten; a las oficinas de defensa del consumidor nacionales, provinciales y municipales aplicar las sanciones que corresponda ante los incumplimientos de los proveedores de bienes y servicios.
Fortalecer la defensa de estos derechos será posible a medida que crezca en todos los afectados la decisión y voluntad de denunciar los abusos e incumplimientos por parte de las empresas proveedoras. El crecimiento de las denuncias tendría como consecuencia una mejora en la calidad de los bienes y servicios recibidos por los usuarios y consumidores; y, muy probablemente, obligará a las empresas a tomar mayores cuidados y prevenciones, para evitar el riesgo cierto y concreto de sufrir mayores costos y quebrantos económicos al incumplir o cumplir defectuosamente.
Una renovada cultura que multiplique los reclamos, engendrará un nuevo paradigma de prevención en las empresas. Incentivará a que se comprometan con el cumplimiento de los deberes con sus clientes para evitar daños económicos.